Recién los ecos del ultimo
Sapukay retumban en nuestros oídos, cuando se cambian por ritmos de batucadas y redoblantes, eso quiere decir que el Rey
MOMO ha despertado de su letargo, de su sueño de un año completo, las luces de la avenida, el mismo asfalto dan el marco del
corsodromo barrial, en este caso el populoso
Bañado Norte, dueño de casa y poseedor de todas las conquistas con su comparsa
Osiris, pero no solo eso, también los inspectores de tránsito organizando a los conductores, policías, enfermeros, para-médicos, personal de seguridad, cuida coches y motos, choripaneros, personal de argentina trabaja, personal de turismo municipal, personal de Cultura, personal de sonido, y los colegas de medios digitales, diarios de papel, medios audiovisuales, radios fm, y por supuesto la infaltable voz del flaco Cosarinsky.
El paso de las veinti tantas comparsas barriales con hermosas mujeres mostrando sus dotes artisticas, en ese escenario improvisado que provee la calzada de la avenida
Gobernador Ruiz, tratando de ser
vedettes por quince minutos o más que es el paso del corsodromo, y varones exponiendo sus cuerpos trabajados en gimnasios por todo el año, coreografías dignas de un teatro o coliseo local. Jóvenes de ambos sexos mostrando que el ensayo de la banda de música, brinda su fruto al ejecutar las melodías aprendidas de memoria, y la frutilla de la torta son la cantidad de niños bailando con ternura y dedicación.
Algunos funcionarios dejaron el acartonamiento en su oficina y compartieron con el
pueblo su alegría como el caso particular del
director de Cultura José Kura.
