Al ver sus trabajos es harto notorio el pacto que han realizado con algún Pombero del Arco Iris, dibujos, trazos y la neuronas no solo del cerebro sino del corazón puestos en las telas, papel y madera. La cosmogonía comunitaria al trazar el intrincado camino de los trabajos hasta dar con una gigantografía que plasma el alma de cada uno de los tres, con sus respectivas vidas expresadas en cada vertiente secular de la mano guiado por ese hada madrina que anido en sus cerebros y convertirlos en mágicos y rebeldes expresiones de colores y sombras. Símbolo de la antigua lucha entre la luz y las sombras, solo falta el observador para reinterpretar según los propios códigos la traducción que le dicten desde el hemisferio respectivo.
Luego de una larga charla con cada uno de los protagonistas de esta muestra cuasi individual, el respeto y admiración de uno por los otros dos restantes, esto hace que el basamento basáltico de esta trilogía artística sea lo más humanamente perfecta... DIGNA DE VISITARSE
